Por Franco Ramseyer y Emilce Terré
Este artículo analiza la inversión requerida por los productores de granos para llevar a cabo las siembras de la campaña 2023/24. La financiación de estas inversiones es crucial en el sector agrícola debido a la naturaleza cíclica y prolongada del proceso de producción. Los productores enfrentan un reto financiero anual, ya que deben realizar desembolsos significativos en insumos, mano de obra y otros costos operativos mucho antes de recibir ingresos por la venta de sus cultivos. Este análisis se centra en los costos asociados a la siembra, insumos y pulverización de los principales granos: soja (de primera y segunda), maíz (temprano y tardío), trigo, girasol, sorgo, cebada cervecera y cebada forrajera.
En la campaña 2023/24 los costos asociados a la producción disminuyeron con relación al ciclo anterior, que estuvo caracterizada por precios muy elevados en los principales insumos, los cuales se habían visto apuntalados a partir del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022. Si bien los precios disminuyeron desde entonces, la superficie sembrada en Argentina con trigo, maíz, soja, girasol, cebada y sorgo fue la segunda más elevada de la historia y, por este motivo, las inversiones totales en siembra, pulverización y cultivo fueron también las segundas más altas en los registros.
El área sembrada con los granos mencionados en la campaña 2023/24 habría ascendido a 36,2 millones de hectáreas, aumentando un 1,2% interanual y quedando apenas 0,1% por debajo del récord que se alcanzó en el ciclo 2020/21.
Computando los costos promedio por hectárea de cada grano al momento de la siembra, en base a datos obtenidos de BCR-GEA y de la revista Márgenes Agropecuarios, es posible estimar que los costos de siembra, pulverización e insumos habrían rondado los US$ 15.024 millones, siendo los segundos más altos en, al menos, los últimos 8 años. Este importe resulta un 9% inferior al de la campaña pasada y un 21% mayor al promedio los últimos cinco ciclos agrícolas.
En el siguiente gráfico se puede apreciar lo elevados que habían resultado los precios de los insumos al momento de comenzar las siembras de la campaña 2022/23, tomando como referencia tres insumos comúnmente utilizados en la producción de granos: el MAP (fosfato monoamónico), SPS (superfosfato simple) y urea, en el mes de junio de cada año. En la campaña 2023/24 los precios retrocedieron: el MAP bajó un 35% interanual, el SPS un 33% y la urea un 45%. Es importante mencionar que estos precios constituyen solo una referencia, dado que solo se toma un mes como referencia
Teniendo en cuenta la elevada superficie sembrada a nivel nacional, y los costos de los insumos que, como se mencionó, disminuyeron respecto a los máximos relativos alcanzados en el ciclo previo, resulta relevante a continuación hacer un análisis del costo promedio para cada uno de los cultivos considerados. El costo de producción por hectárea para cada grano en la campaña 2023/24 habría sido, en promedio, de US$ 436 para la cebada cervecera y US$ 398 para la forrajera, US$ 320 para el girasol, US$ 603 para el maíz temprano y US$ 639 para el tardío, US$ 334 para la soja de primera y US$ 265 para la de segunda, US$ 303 para el sorgo y U$S 391 para el trigo. Esto se calcula a partir de los datos de la Guía Estratégica para el Agro (BCR) y de la revista Márgenes Agropecuarios al momento de afrontar la siembra de cada cultivo para cada zona de producción, y realizando un promedio ponderado en función de su participación en el área sembrada a nivel nacional.
Si se compara con la campaña previa y con el promedio de los últimos 5 años, se observa que en todos los casos los costos estuvieron por debajo del ciclo previo, pero por encima del promedio.
Al multiplicar estos promedios por hectárea por la superficie sembrada estimada para cada grano, según cálculos propios de GEA y la Secretaría de Bioeconomía, se determina que los productores argentinos habrían incurrido en un costo total de 15.024 millones de dólares durante la campaña 2023/24. Este costo se distribuye de la siguiente manera: US$ 4.598 M para el maíz tardío, US$ 4.032 M para la soja de primera, US$ 2.158 M para el trigo, US$ 1.492 para el maíz temprano, US$ 1.262 para la soja de segunda, US$ 615 M para la cebada cervecera, US$ 595 M para el girasol, US$ 242 M para el sorgo y U$S 30 M para la cebada forrajera.
Es importante señalar que este cálculo incluye únicamente los costos directamente asociados a la siembra, fertilización y pulverización de los cultivos. No se han considerado otros costos significativos en la ecuación de los productores, como arrendamientos, costos comerciales, de cosecha, transporte, impuestos sobre la renta y ganancias, entre otros, ya que se asume que estos pueden ser cubiertos con la producción obtenida y, por lo tanto, no se relacionan de manera tan directa con las necesidades de financiamiento.