La necesidad del gobierno de acumular reservas desde la llegada de la cosecha gruesa, en marzo y abril, puede verse en parte afectada por el calor extremo de los primeros días de febrero y por la baja en los precios internacionales. Pese a las últimas lluvias, analistas esperan una merma de entre 15% y 20% en los niveles de producción respecto de lo estimado antes del nuevo escenario climático.
El gobierno espera recaudar 11.000 millones de dólares más en concepto de exportaciones del complejo de cereales, oleaginosas y subproductos que las registradas en 2023, año de una sequía histórica. Sin embargo, la baja en los precios internacionales y la ola de calor extremo de los primeros días de febrero harían que el ingreso de dólares se ubique unos 9.500 millones de dólares por debajo del ingreso en el ciclo 21/22.
La cotización de la soja cayó 18% en un año (pasó de USD 455 la tonelada a USD 375), mientras que la del maíz mermó 10% (de USD 210 a USD 190 la tonelada).
En los aceites también hubo fuertes disminuciones, al igual que en las harinas (25%, en el caso de los subproductos de la soja). Y la tendencia es bajista, en un contexto de alta producción en los Estados Unidos y en Brasil.
El consultor Pablo Adreani le dijo al portal Infobae que “la caída de los precios internacionales tuvo un efecto mucho más negativo que la sequía del año pasado” y se mostró pesimista en cuanto a las proyecciones de cosecha gruesa.
Adreani agregó que podría esperarse una merma de entre 15% y 20% en los niveles de producción respecto de lo estimado antes del nuevo escenario climático y ello tendría implicancias directas en el ingreso de divisas. Sus estimaciones para soja muestran que habría un saldo exportable de 4 millones de toneladas; de maíz 28 millones; de aceite de soja 4,2 millones y de harina de soja 21 millones de toneladas.
En total, producto de la merma en producción sumado a la baja de precios, el resultado sería, según Adreani, una disminución en el ingreso de divisas de USD 2.381 millones respecto de la campaña anterior.
Según el analista, en la primera semana de febrero, las pérdidas de rendimientos y producción por la ola de calor, agravando aún más la situación luego de un enero sin lluvias, se estiman en 21,2 millones de toneladas, entre los dos principales cultivos, 11,2 millones de toneladas de maíz y 10 millones de toneladas de soja.
“Con la perdida de producción, saldos exportables, y menor molienda de soja proyectados con este nuevo escenario climático, el ingreso de divisas se proyecta ahora en USD 26.000 millones versus USD 28.000 millones de la cosecha anterior. La mayor producción 2024 estimada para soja y maiz, con respecto al peor año de sequía registrado en el 2023, no fue suficiente para poder compensar la fuerte baja que se produjo en los precios internacionales”, explicó Pablo Adreani.