En el encuentro, organizado por Atreu-Co Cooperativa Agropecuaria Ltda, con el apoyo de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam) y Fertilizar AC, se compartieron, entre otros temas, ensayos de larga duración en estrategias de fertilización en el segundo año – 2022/23 maíz y ahora girasol.
La jornada se desarrolló en tres estaciones, una acerca de nutrición y manejo de alfalfa, a cargo de técnicos del Inta; otra sobre estrategias de fertilización y manejo de la nutrición en girasol, donde expuso el Dr. Martín Díaz-Zorita, de Fertilizar AC y la Facultad de Agronomía de la UNLPam, y en la tercera, empresas semilleras presentaron sus materiales de girasol.
En la parte de nutrición, el Dr. Díaz-Zorita expuso los resultados de la Red de Ensayos en diferentes secuencias y regiones agropecuarias argentinas, mostrando las diferencias entre lo frecuente y las prácticas recomendadas para media o alta producción, resaltando que las respuestas de la practica actual de fertilización son del 10 % sobre el control sin fertilizar. Resaltó que la practica habitual aporta a mejorar los rendimientos, pero aun dista de lo alcanzable al mejorar la fertilización con decisiones de media o de alta producción. En estos casos, promedio de cultivos y regiones en mas de 6 años de evaluación, permiten hasta duplicar las respuestas a la fertilización.
En particular en el sitio donde se desarrolló la jornada, el especialista mostró cómo están las plantas de girasol en cada situación de manejo y destacó que, al corregir con suficiente con nitrógeno y fósforo (NP), las plantas muestran mejoras en el anclaje (más tamaño de raíces), hojas más grandes y oscuras (mejor aparato fotosintético), son más altas y con tallos más gruesos. Es clave analizar el suelo y actuar en consecuencia corrigiendo limitaciones nutricionales desde la implantación y acompañando anticipadamente el crecimiento del cultivo.
“Todos estos indicadores muestran que las plantas crecieron más tiempo, y por lo tanto tienen mayor potencial productivo. Solo falta la cosecha -que se realizará en los próximos 10 días-, y por estimaciones que hicimos, esperaríamos mejoras de entre el 5 y el 12% por sobre la práctica frecuente, aun en un año complejo con limitadas precipitaciones”, afirmó Díaz-Zorita.
Además, el experto dio a conocer los avances de estudios de nutrición y estructura (densidad y distanciamiento entre hileras de siembra), donde hay interacciones que sugieren que en girasol es importante para cuidar la implantación uniforme del cultivo y evitar bajas densidades porque se aumenta el riesgo de heterogeneidad de plantas y pérdidas de competitividad y de producción.
La jornada finalizó con una exposición sobre perspectivas de mercado, de la mano del economista de Iván Ullman.