Por Marina Barletta, Florencia Poeta, y Cristián Russo
Por cada lote sembrado con trigo y maíz se sembrarían 1,7 de soja en el nuevo ciclo. Es que en los planes de siembra el maíz podría disminuir su área en 300.000 ha en zona núcleo. Desde el 2016 este índice ha tendido a la baja. ¿Estamos ante un punto de inflexión por la chicharrita?
Tiempo inestable y probabilidad de lluvias para el sur de GEA
Las mayores posibilidades están dadas para el sur de la zona GEA, a partir de la tarde/noche del jueves 13. Las probabilidades de lluvias retornan el domingo 16.
“Se prevén algunas lluvias en los próximos días, pero la preponderancia de la circulación norte mantendrá las mejores probabilidades sobre el sur de la región pampeana y temperaturas por encima de las normales estacionales”, dice el consultor Elorriaga.
La relación soja/ gramíneas podría ser la más alta de las últimas 6 campañas: ¿cambio de tendencia por chicharrita?
Por cada lote sembrado con trigo y maíz se sembrarían 1,7 de soja en 2024/25. El cambio está dado por el maíz, que retrocedería en los planes de siembra. Y esto contrasta con la fuerte apuesta que se venía haciendo en la cual el área maicera no paraba de crecer. De hecho, en este ciclo, la siembra subió mucho más que lo pensado; un 30% con 1,94 M ha sembradas. Por el contrario, las primeras encuestas reflejan un descuento de 300.000 ha en el ciclo 2024/25; esto es, una disminución interanual del 15%. Más allá de que el trigo, con un 15% de aumento, modera el impacto, las gramíneas (trigo y maíz) caen este año. Y la soja de primera en los primeros sondeos muestra una suba del 7%, aunque no se descarta que termine siendo mayor el pasaje a la oleginosa. ¿Estamos ante un punto de inflexión por la chicharrita? No es posible dar una respuesta, pero hay serias inquietudes. Por ejemplo, ingenieros que trabajan en la región núcleo y en el norte del país advierten: “en Chaco, en este momento, hay chicharrita activa poniendo huevos y esto puede repercutir en setiembre”.
La superficie de maíz tardío está en retirada de la región
En Carlos Pellegrini y El Trébol (centro sur de Santa Fe) dicen que “la superficie de maíz tardío caerá por completo”, afirman. Además, se estima una reducción del 30% en el área de maíz temprano. En Bigand (sur santafesino) también concuerdan que no se va a sembrar maíz tardío ni de segunda por el temor al ataque de la chicharrita y se habla de una caída del 20% del maíz temprano. En la zona de Villa Cañas (sur santafecino) y Arribeños (norte bonaerense), el maíz tardío está descartado de la planificación. Solo se hará temprano y se espera una reducción de entre un 10 y un 15%. En General Pinto (noroeste de Buenos Aires) se mantendrá la superficie del temprano pero habrá una reducción de la del tardío. En Monte Buey (sudeste de Córdoba) mantendrá la superficie del maíz temprano, con siembras tardías programadas para noviembre, a lo sumo, para evitar el pico de la chicharrita. Desde esa área, comentan que las fechas de diciembre estan totalmente descartadas.
¿Y qué pasa con la soja?
La tendencia es a la suba, en principio con un 7% más de siembra en la intención de soja de primera. El año pasado se implantaron 4,56 M ha. Este año, gran parte del hectareaje que libera el maíz pasaría a sembrarse con soja de primera. Y se señala que la superficie con la oleaginosa podría crecer aun más si continuan los recortes. En El Trébol y Carlos Pellegrini proyectan un aumento de área de soja de primera entre 30% y 10% en comparación al año pasado. En Bigand habría un 20% más. En General Pinto, en el NO de Buenos Aires, también indican aumentos en la superficie.
Con la mitad del trigo sembrado, empieza a aparecer la falta de agua en la cama de siembra
Mayo, mes clave para terminar de recargar los perfiles, decepcionó. Las medias mensuales de dicho mes estuvieron entre un 10 y un 30% por debajo del promedio histórico. A este déficit se le sumó un junio que, hasta el momento, no aportó agua a la región, lo que está provocando que empiecen a aparecer problemas de falta de agua en superficie. En lotes mal rotados las labores de siembra comienzan a frenarse a la espera de lluvias. Los niveles de reservas hídricas en profundidad siguen siendo buenos, pero el trigo necesita un pequeño pulso hídrico para materializar la siembra restante intencionada.
Indicadores Climáticos
El periodo comprendido entre el jueves 13 y el miércoles 19 de junio comienza con condiciones inestables que favorecen la ocurrencia de precipitaciones, principalmente en el sur de la zona GEA, a partir de la tarde/noche del jueves 13. Las condiciones meteorológicas tienden a mejorar, de sudoeste a noreste, durante el viernes 14 y se mantendrán estables hasta el domingo 16, cuando retorna la probabilidad de lluvias en la zona GEA. Esta inestabilidad durará poco ya que las condiciones meteorológicas mejoran en la tarde del mismo día y se mantendrán así hasta el final del periodo de pronóstico.
Las temperaturas inicialmente se presentarán muy elevadas para la época del año con máximas rondando los 26 a 28°C pero, debido al pasaje de un sistema frontal frío a partir del viernes 14, las mismas descenderán a marcas entre 16 y 18°C. Se estima que estos valores persistirán hasta el inicio del próximo periodo de análisis.
Las temperaturas mínimas tendrán el mismo comportamiento que las máximas, ya que descenderán con el correr de los días alcanzando los valores más bajos el miércoles 19, principalmente en el sudeste la zona GEA. Se estima que los registros mínimos en esa región podrían alcanzar de 1 a 3°C.
Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo
Sin lluvias y con leve retracción de reservas de agua del suelo. La semana comprendida entre el jueves 6 y el miércoles 12 de junio no se registraron precipitaciones en la zona GEA.
Las temperaturas máximas rondaron los 22 a 28°C. Los valores más elevados se registraron en el noreste de la zona GEA y los más bajos en el sudoeste. El valor más alto, 24,8°C, se midió en la localidad de Zavalla, en Santa Fe.
Las temperaturas mínimas variaron desde 1 a 8°C. El sector con valores más bajos fue el oeste de la zona GEA y el de los más elevados el este. El registro extremo del periodo, 1,6°C, se midió en la localidad de Hernando, Córdoba.
Con este panorama las reservas de agua en el suelo disminuyeron levemente respecto de la semana pasada pero, aun así, se encuentran en niveles adecuados en dos sectores de la zona GEA, mientras que en el resto las condiciones son regulares.
Con las actuales condiciones, en los próximos quince días, se requieren entre 20 y 40 mm en el oeste de la zona GEA y 20 mm en el este. En el resto de la región se necesitan entre 10 y 20 mm para mantener las buenas condiciones de humedad.
Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco
La escasez pluvial debilita las reservas de agua del suelo
El tránsito de la primera quincena de junio se desarrolló sin precipitaciones sobre la zona núcleo. Una condición poco conveniente para el inicio de la fina pero que no puede describirse como rara o atípica, ya que aproximadamente en la mitad de los últimos treinta años los acumulados de lluvia de las dos primeras semanas del mes estuvieron en cero, o por debajo de 1 milímetro, en el corazón de la región pampeana.
Lo que aumenta fuertemente el impacto de esta retracción pluvial en el final del otoño es el pobre desempeño que presentaron las lluvias en mayo. Muy lejos de los excesos hídricos de abril, la circulación de aire cálido y húmedo del norte confrontando con las primeras irrupciones de aire frío desde el sur, en general, no se concretó en lluvias acordes con las normales históricas, salvo en las provincias del litoral donde el comportamiento fue incluso superior al esperado.
En la región pampeana predominaron los días con abundante nubosidad, humedad y neblina pero sin despliegue de agua de lluvia. El resultado de mayo en números es pobre. Los acumulados en la región pampeana oscilaron entre los 5 y los 20 milímetros muy lejos de los 30 a 70 milímetros considerados valor medio estadístico para los 31 días del mes.
En los últimos siete días se produjo una mayor circulación del sector noreste que se reflejó en un aumento de las temperaturas y de la humedad, pero la dinámica atmosférica no tuvo suficiente capacidad para transformar en lluvias la humedad presente. La restringida incursión del aire frío provocó algunas precipitaciones confinadas al sur de La Pampa y de Buenos Aires pero dejó fuera al resto del país.
A una semana del comienzo del invierno, periodo más seco de Argentina, es normal una disminución de los volúmenes de lluvia, pero la continuidad de la escasez pluvial en el inicio de junio comienza a debilitar las reservas de agua que habían logrado recomponerse casi totalmente. El efecto se nota mucho más sobre la capa superficial del suelo, donde las semillas comienzan su desarrollo, es allí donde se hace muy notoria la pérdida de agua por temperaturas que se mantienen más elevadas de lo normal y un ambiente con humedad que no llega a concretarse en lluvia.
Los pronósticos de corto plazo no son demasiado optimistas en cuanto a las precipitaciones. Con un Niño en rápido camino a la neutralidad el fenómeno ya no tiene injerencia sobre las precipitaciones que pasan a depender totalmente de los condicionantes de escala regional. En ese aspecto la dinámica que presentan los sistemas de alta presión, por el momento, es un factor desfavorable para el avance de las precipitaciones sobre el centro del país.
Se prevén algunas lluvias en los próximos días, pero la preponderancia de la circulación norte nuevamente mantendrá las mejores probabilidades sobre el sur de la región pampeana con algún avance hacia el noreste bonaerense y temperaturas por encima de las normales estacionales.
Si el mes de junio mantiene una oferta de agua tan pobre y localizada como hasta ahora probablemente ingresemos al invierno con reservas muy ajustadas, con una gran dependencia de la recomposición de los perfiles que produjo el mes de abril y de las lluvias de mantenimiento que aporte el trimestre frío.